viernes, 26 de junio de 2009

Michael Jackson

El Rey y Peter Pan






El 25 de junio de 2009 la música entró en duelo, los celulares, sitios de internet y crónicas periodísticas colapsaron ante la noticia: "Murió Michael Jackson". Y la sensación mundial fue que parte de un tiempo moría con él.

Con su salud muy dañada, Michael Jackson preparaba una monumental gira que además de ayudarlo a salir de graves problemas económicos lo depositaría otra vez sobre los escenarios para que sus millones de fans en el mundo pudieran volver a verlo en acción más allá de las idas y vueltas a los estrados judiciales que había tenido en los últimos años.

El llamado al 911 desde la casa de Los Ángeles era inequívoco, el hombre de 50 años allí tendido no podía respirar. Cuando llegaron los paramédicos no había mucho que hacer, su medico personal no lo había podido traer de vuelta. Michael estaba medicado, sufría de fuertes dolores y parecía que estaba decidido a seguir a su ídolo Peter Pan en un largo sueño de morfina. Fue justo para él. La estrella no podía darnos una imagen de envejecimiento. Nadie podía imaginar al icono pop con arrugas esperando a que le sirvan su té en una casa de retiro en Miami.

Afuera, sus fanáticos lo tomaban como podían, cantando sus canciones, agrupándose, perdidos como zombis tratando de buscar consuelo entre ellos mismos. Michael Jackson fue el cantante, bailarín, compositor y frontman que marcó un tiempo. El hombre que fue coronado como rey del pop por su amiga Elizabeth Taylor, el recordman de ventas, el que puso a su disco Thriller como el más vendido de la historia, el que tenia el groove bendito, el del video que asistía al nacimiento de la poderosa MTV, de los videos bares, y de las pistas de baile post Motown. El que en los inicios de los ´80 saltó la fama absoluta y planetaria como pocos a lo largo de la historia de la música lo habían hecho. Michael Jackson fue aquel que siendo niño destacó de entre sus hermanos en los Jackson Five y un estricto padre vio que su carrera solista estaba comenzando. Michael fue el que siempre vivió como si Thiller se siguiera vendiendo por millones, el que mantenía un sequito de familiares y allegados que trabajaban de familiares de Michael mientras él se encerraba en su sueño de Neverland.

Micheal Jackson no era un humano común, era un talentoso artista devorado por sus propios fantasmas. Inevitablemente se piensa en grandes ídolos desaparecidos y que tengan la dimensión de Jackson. Aparece Lennon, en tiempos de periódicos de papel. Aparece, por supuesto, Elvis, en tiempos donde las primicias las daba la radio. Y nada más, nadie que se acerque siquiera al talón de semejantes dimensiones de fama. Micheal Jackson nació como artista cuando no había descargas gratuitas de música, cuando aún los discos eran en vinilo, cuando los videos eran un mercado insipiente, cuando internet estaba apenas en los sueños de algunos. Micheal Jackson paso esa época y viajó por las revoluciones más notables de estas últimas décadas, donde ya no parece un truco misterioso y fascinante que el piso se encienda a su paso como en el video de Billy Jean.

El dueño del groove genial, el personaje que miles de imitadores cosechó en el mundo, el cantante que despertaba fanatismos en cada aparición, el hombre mitad real mitad fantasía había partido a la tierra del nunca jamás, un día cualquiera, un 25 de junio, cuando nadie se lo esperaba, sin estridencias de su parte, con el silencio, la timidez, y ese halo de personaje inalcanzable que siempre lo caracterizó. Descanse en paz.

Micheal Jackson 1958 - 2009



por Gonzalo Gómez

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